Si te digo que la forma de superar a la competencia pasa por el neuromarketing seguro que no quieres seguir leyendo, pero si te digo que consiste en hacer sentir bien a tus clientes, piensas que quizás eso si lo sabes hacer. Vamos a continuar donde lo dejamos con el artículo de la fase 1.
Tienes un negocio y estas ya en el mercado. Suponemos estás en la línea de flotación. Has conseguido hacerte tu hueco, te mantienes al mismo nivel que tus competidores pero no te puedes permitir salir de la norma. Vendes al mismo precio y más o menos ofreces lo mismo.
Sabes lo que fabricas o comercializas, pero eso lo hacen todos. No se te ocurre que hacer para desmarcarte de la competencia, para superar a la competencia. ¿Y sabes cuál es la clave?
Sí, has leído bien.
Los clientes, las personas, nosotros mismos no somos objetivos valorando las cosas. En toda elección entra un componente subjetivo, emocional, muchas veces inconsciente, que determina dónde y qué compramos. Si desde nuestro negocio alcanzamos esa parte emocional, atraeremos más clientes que estarán dispuestos a pagar un poco más, y la única razón es porque se sienten mejor.
¿Y cómo consigo alcanzar esa parte emocional? Está claro que trabajándolo. Igual que trabajas, por ejemplo, para no quedarte sin existencias, también tienes que trabajar la parte subjetiva. Aquí es donde aparece el neuromarketing. Y no consiste en manipular a la gente, sino en conocer que es lo que les motiva y demostrarles que tú se lo ofreces.
Vamos paso a paso:
- Conoce a tu cliente ideal y averigua que es lo que le motiva.
Ya sé que tienes muchos tipos de clientes, pero como ya he comentado en un post anterior , no puedes llegar a todos, elige uno y céntrate en este tipo. Si se te cae alguno será de los malos. Lo que interesa es tener clientes buenos. Conócelos y averigua que tienen en común para que les motive lo mismo.
- Esa motivación del cliente, ese concepto, intégralo en tu hacer diario.
Ya sabes que emoción transmitir? Haz que todo tu negocio gire en torno a ella: Diversión, elegancia, practicidad, seguridad, modernidad, conocimiento,…
Existen mil emociones que nos mueven y que determinan nuestras elecciones, solo tenemos que elegir una y ser coherentes con ella para que nuestro cliente se identifique con nuestra oferta.
- Organiza el ambiente, entorno y el hacer de tus empleados (si los tienes) para que estén en la misma onda.
No puedes ofrecer elegancia y tener empleados desaliñados o creatividad y tener un local de lo más soso. Todos los elementos de tu negocio, ya sean materiales o no, tienen que transmitir ese concepto que has elegido. Ese concepto que motiva al cliente no debe decaer en ningún momento.
- Planifica acciones periódicas que refuercen ese concepto.
Tu negocio debe sentirse vivo. Tus clientes deben percibir ese concepto y para ello tienes que transmitirlo. Y como no quieres aburrirles, tienes que mostrarles novedades. Esto es doblemente beneficioso. Por un lado animaras a que tus clientes vuelvan y por otro lado conseguirás que hablen y se lo cuenten a sus amigos, que quizás vengan y se conviertan en clientes.
Con estos cuatro pasos ya sabes por dónde empezar para diferenciarte y ponerte por encima de la competencia. Es un tema complicado y lleva su tiempo, pero te aseguro que funciona siempre y cuando lo hagas de una forma constante y planificada. Recuerda que acciones sueltas llevan a resultados sueltos y lo que tú quieres es estar siempre por encima de la competencia.
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